Quizás puedes estar pensando ahora mismo que estoy pronto a revelarte la fórmula para salir de la "pobreza" o simplemente mejorar de alguna manera tus ingresos. En parte podría ser cierto pero también podría ser algo contradictorio, todo es cuestión desde la perspectiva que lo quieras ver.
Cuando lees o ves cosas relativas a lujos ostentosos y extravagantes, se te ocurre que para obtener alguna de esas cosas hay que ser "rico" y esto conlleva a manejar altas cantidades de dinero. Y para esto ya te armas un mundo en tu cabeza en el cual debes de trabajar duro, ahorrar durante largo tiempo o ser el gerente de una empresa o simplemente ser el heredero de todo un monopolio de propiedades y concluyes que nunca tendrás una de esas cosas y te resignas con verlo en una revista.
La riqueza siempre se define en términos de índole a lo material y que se representa en un valor económico. No es para nada nuevo que desde hace un buen tiempo, también se habla de riqueza y de abundancia como valor humano y hasta en plano espiritual.
Sabemos que los bienes materiales de una u otra forma nos brindan satisfacción y calidad de vida, sin embargo ¿si nos sentimos plenos, completos y a gusto con el tipo de persona que somos?, de seguro eso lo podemos determinar según como sean nuestras relaciones con nuestros familiares, amigos, compañeros de estudio y de trabajo e incluso con las personas que no conocemos y que en algún momento forman parte de nuestro día, el tendero, el taxista, el conductor de bus, el cajero del banco, el vigilante del conjunto donde vivimos, el vendedor ambulante, entre muchos otros.
La vida es un conjunto de relaciones y de vivencias que compartes con esas personas y que de un modo muy particular enriquecen tu existencia y te generan diferentes emociones, ríes, cantas, lloras, discutes, conversas y con todo esto adquieres experiencia, madurez, enseñanzas, conocimientos y hacen de ti una persona integra y feliz.
La riqueza siempre se define en términos de índole a lo material y que se representa en un valor económico. No es para nada nuevo que desde hace un buen tiempo, también se habla de riqueza y de abundancia como valor humano y hasta en plano espiritual.
Sabemos que los bienes materiales de una u otra forma nos brindan satisfacción y calidad de vida, sin embargo ¿si nos sentimos plenos, completos y a gusto con el tipo de persona que somos?, de seguro eso lo podemos determinar según como sean nuestras relaciones con nuestros familiares, amigos, compañeros de estudio y de trabajo e incluso con las personas que no conocemos y que en algún momento forman parte de nuestro día, el tendero, el taxista, el conductor de bus, el cajero del banco, el vigilante del conjunto donde vivimos, el vendedor ambulante, entre muchos otros.
La vida es un conjunto de relaciones y de vivencias que compartes con esas personas y que de un modo muy particular enriquecen tu existencia y te generan diferentes emociones, ríes, cantas, lloras, discutes, conversas y con todo esto adquieres experiencia, madurez, enseñanzas, conocimientos y hacen de ti una persona integra y feliz.
Con el simple hecho de que apliques el perdón en ti mismo por todo lo que has hecho y por todo lo que te han hecho, con tomar la decisión de emprender y no continuar quejándote a estar dentro de tu zona de confort, que dediques de una manera productiva tu tiempo y aproveches a leer buenos libros, ver buenas películas, tener reencuentros gratificantes con antiguas amistades, tener conversaciones amenas, practicar un hobbie, un deporte, hacer todas esas cosas que te hacen sentir bien, todo esto lo valoras y consigues hacerte rico a ti mismo, alimentas tu cuerpo y mente, liberados de toda las lamentaciones y culpas que cargabas de tu pasado.
Al sentirte liberado, renuevas toda tu energía y consigues conectar tu polo a tierra y comienza algo maravilloso y fantástico que la vida nos brinda la oportunidad de presenciar y de ser participes y es que todas las cosas buenas que quieres y deseas de todo corazón, las atraes de a poco, comienzan a fluir y se van dando y es ahí donde también se da la abundancia y riqueza, no solo en el área de finanzas, quizás no en cantidades abismales pero si con lo suficiente para que puedas suplir lo que requieres y como añadidura, todo eso que atraes bueno para ti lo puedes reflejar en los demás.
Así que cuando pienses decir que eres pobre, piénsalo dos veces, con una sonrisa de oreja a oreja llena de satisfacción y con tus brazos abiertos y mirada hacia el cielo, piensa en lo rico y abundante que te has hecho gracias al maravilloso mundo y todo lo que él tiene para ofrecerte y que has sabido construido un mundo ideal para ti y los tuyos.
Así que disfruta de tu abundancia de amor, afecto, familia, amistades, logros, sueños cumplidos, metas profesionales, dinero, recreación, salud, energía, alegría, experiencias, respeto, integridad, compromiso y de todas esas cosas que siempre han estado ahí para ti y están dispuestas a esperar a que tomes la iniciativa y las busques.
¡Declárate y vive en abundancia!
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